La educación emocional reduce la ira, el estrés y mejora el clima en las aulas
Por Angélica Romero
Invertir en educación emocional produciría una reducción de la ira, la frustración y el estrés y mejoraría el clima en las aulas, según afirmó Rafael Bisquerra, Doctor en pedagogía y Experto en Inteligencia Emocional, en el encuentro Eduemoción, una jornada organizada por instituciones educativas como Colegios Zola y la Universidad Internacional de la Rioja.
Durante la jornada, Bisquerra analizó la importancia de que las instituciones educativas pongan en marcha un programa de “alfabetización” emocional ya que, según él, potencia en niños y adolescentes competencias sociales, autonomía emocional, conciencia emocional y habilidades de bienestar.
Sin embargo, hoy en día las instituciones educativas, en su mayoría, dedican 1 hora por semana a la educación integral de la persona y no se profundiza en el tema, porque tiene más interés el rendimiento académico que en la educación de personas.
Ante esto, Bisquerra asegura que, a través de una serie de requisitos implementados de manera adecuada, una institución puede crear un programa exitoso de educación emocional. Estos requisitos son:
- Fundamentarse en un marco teórico de inteligencia emocional
- Crear un programa con unos objetivos claros y explicito
- Establecer una coordinación del programa
- Aplicar de manera secuencial del programa
- Implementar técnicas de educación emocional
- Formar al personal de la institución
- Aplicar a las situaciones de la vida diaria
- Evaluar el programa
Aunque significa un esfuerzo, concienciarse sobre la importancia de la inteligencia emocional, significa crear una tendencia en la instituciones educativas para que los estudiantes adquieran competencias emocionales, tengan mejores relaciones sociales e interpersonales y se formen en resolución positiva de conflictos.